Para esta receta, emplearemos unas pechugas de pollo. El primer paso, podemos hacerlo a través de nuestro proveedor habitual, que nos las abran como si fuesen un libro. Después las rellenaremos con las espinacas y la ricota.
Ingredientes
Para 4 personas
4 pechugas de pollo, sin piel y deshuesadas (unos 125 gr. cada una)
125 gr. de queso ricota
125 gr. de espinacas cocidas y escurridas
1/4 de cucharadita de nuez moscada
8 lonchas de jamón serrano
2 cucharadas de aceite de oliva
sal
pimienta negra molida
Para acompañar:
hojas de rúcula
cuñas de limón
Elaboración
Si no lo ha hecho nuestro, proveedor habitual, haremos unos cortes horizontales a las pechugas por la parte más gruesa, sin llegar a cortarla del todo.
Desmenuzaremos en un bol el queso ricota.
Trocearemos las espinacas cocidas y escurridas. Las mezclaremos en el bol con el queso ricota y la nuez moscada.
Rellenaremos las aberturas de las pechugas con este relleno.
Envolveremos cada pechuga con 2 lonchas de jamón serrano, de manera que nos queden bien cubiertas.
Calentaremos el aceite de oliva en una bandeja de horno poco honda, incorporando las pechugas, salteándolas unos 4 minutos, por cada lado, hasta que el jamón empiece a dorarse.
Introduciremos la bandeja en el horno precalentado a 200ºC. durante 15 minutos.
Serviremos el plato cortando las pechugas en rodajas y acompañadas con unas hojas de rúcula rociadas con aceite y unas cuñas de limón.