Esta pizza es una de las que más triunfa, ya que la mezcla de quesos le dan un sabor muy sabroso. Podéis poner otros quesos si os gustan más; yo he puesto estos porque son los que más me gustan, aunque soy una amante de todos.
Ingredientes
Para 4 personas
400 gr. de masa para pizza
150 gr. de salsa de tomate casera
150 ml. de aceite de oliva
1 cucharada de orégano
250 gr. de mozzarella
100 gr. de queso parmesano rallado
100 gr. de queso azul
100 gr. de queso ricotta
Elaboración
Pondremos harina encima del mármol y estiraremos la masa con un rodillo, si la queremos más fina la estiraremos un poco más. Le daremos la forma que más nos guste, cuadrada, rectangular o redonda.
Precalentaremos el horno arriba y abajo a 230 °C .
Pondremos la masa encima de una bandeja de horno que habremos cubierto con papel de hornear.
Pintaremos la masa con la salsa de tomate casera, procurando que no llegue a los bordes.
Espolvorearemos con el orégano y la meteremos en el horno durante 4 minutos para que se adhiera la salsa a la masa.
La sacaremos del horno e iremos poniendo los quesos, primero el queso azul a trocitos repartidos por toda la masa.
Después el queso parmesano, también lo repartiremos por los huecos que no tengan queso.
Seguiremos con el queso ricotta, siguiendo el mismo procedimiento.
Y por último el queso mozzarella para que así se vaya acomodando en todos los huecos restantes y como funde más, quedará como una capa uniforme.
Meteremos la pizza al horno durante 12 minutos. Dependiendo del horno, si es muy fuerte la sacaremos 2 minutos antes.
La rociaremos con un chorrito de aceite de oliva para que sea más jugosa. También le podemos poner aceite un poco picante a base de guindillas y ajos.
La dejaremos que se entibie encima de una rejilla y ya la podemos servir.