Para que nos resulte más sabroso y aprovechable este plato, emplearemos sardinas pequeñas. La primera parte de limpiar y eliminar las espinas, nos lo puede hacer nuestro proveedor habitual. Después de freírlas, las combinaremos con la cebolla que hemos frito a fuego lento, hasta que nos hayan quedado tiernas y transparentes, mezcladas con el vinagre. Un plato muy veraniego.
Ingredientes
Para 4 personas
1 kg. de sardinas pequeñas.
600 gr. de cebollas.
harina.
vinagre de vino blanco.
aceite de oliva.
sal.
pimienta negra en grano.
Elaboración
Limpiaremos las sardinas, eliminando las cabezas y las vísceras (podemos pedírselo a nuestro proveedor habitual).
Las escamaremos y abriremos por el vientre, eliminando las espinas centrales. Las lavaremos y secaremos.
Pelaremos las cebollas y las cortaremos en discos finos, rehogándolas en una sartén con 2 cucharadas de aceite de oliva, a fuego lento, hasta que estén transparentes, durante unos 90 minutos, sazonándolas con sal, al final de la cocción, rociándolas con 1 chorrito de vinagre blanco.
Enharinaremos las sardinas y las freiremos en una sartén con aceite, dejándolas escurrir sobre papel absorbente.
En un recipiente hondo, colocaremos, alternativamente, una capa de sardinas y otra de cebolla.
Calentaremos 1 vaso de vinagre, vertiendo en él unos granos de pimienta negra, rociándolo por encima de las sardinas, procurando que quede todo bien bañado.
Lo reservaremos en la nevera, hasta el momento de servir.