Si viajamos por el País Vasco, nos encontraremos en muchos de sus excelentes restaurantes este delicioso postre, que podemos consumir en cualquier época del año.
Ingredientes
Para 8 personas
Para la base:
70 gr. de harina
3 huevos
70 gr. de azúcar
20 ml. de vino tinto
Para la masa:
250 gr. de queso fresco
100 ml. de nata
350 ml. de nata para montar
60 gr. de azúcar glas
1/2 limón (su zumo)
5 hojas de gelatina neutra
Para decorar:
compota de manzan
grosellas
Elaboración
Para la base, añadiremos en un bol los huevos y el azúcar. Los montaremos con la batidora de varillas hasta que doble su tamaño.
Tamizaremos la harina y la mezclaremos con movimientos suaves, para que los huevos montados no bajen demasiado.
Pasaremos la masa a un molde rectangular forrado con papel de horno. Alisaremos la
superficie con un la ayuda de una espátula.
Lo introduciremos en el horno
precalentado a 180º C unos 10 minutos. Lo sacaremos del horno, dejándolo enfriar.
En un bol grande añadiremos la nata de montar con la batidora de varillas.
Tamizaremos el azúcar y lo volveremos a batir hasta montar la nata.
Hidrataremos las hojas de gelatina en una
jarra con agua fría y las dejaremos reposar unos 2 minutos. Cuando estén
hidratadas, las escurriremos y pasaremos a un bol.
Reservaremos la mitad de la nata y calentaremos la restante en el microondas.
Añadiremos en el bol de la gelatina la nata caliente, removiéndolo, hasta disolver
la gelatina.
Verteremos la nata fría, removiéndola.
En un bol grande, agregaremos el
queso fresco, la mezcla de gelatina y un tercio de la nata montada. Lo mezclaremos suavemente y de forma envolvente.
Incorporaremos otra tercera parte de la nata montada y
seguiremos removiendo.
Agregaremos el resto de nata y mezclaremos todo suavemente y envolvente.
Desmoldaremos el bizcocho.
Cubriremos la base del molde con papel film, colocaremos
encima el bizcocho.
Lo pintaremos con el vino tinto.
Repartiremos la masa de nata
encima y alisaremos la superficie.
La introduciremos en el congelador un mínimo de 3 horas.
Desmoldaremos el sagargala, poniéndolo sobre un plato rectangular.
Añadiremos la
compota de manzana en la parte superior y alisaremos con una cuchara.
Serviremos el sagargala frío, decorado con una ramita de grosellas.