Una salsa muy aromatizada, que podemos emplear para acompañamiento de carnes o pastas. También podemos conservarla en botes herméticos, para aprovecharla en otras ocasiones. Debemos poner la fecha de envase, ya que como no aportamos aditivos, no dura tanto como las que encontramos en el mercado.
Ingredientes
Para 4 botes:
2 kg. de tomates maduros
1 cebolla
1 pimiento verde
2 dientes de ajo
1 manojo de albahaca fresca
aceite de oliva virgen extra
agua mineral
azúcar
sal
pimienta negra molida
Elaboración
Picaremos la cebolla, el pimiento y los ajos.
Escaldaremos los tomates en agua hirviendo durante 30 segundos. Los enfriaremos en agua con hielo.
Pelaremos y cortaremos los tomates a trozos.
En una sartén con aceite, freiremos la cebolla y cuando empiece a transparentarse (unos 15 a 20 minutos, a fuego medio), añadiremos el ajo y el pimiento picados y la mitad de la albahaca.
Cuando los ajos estén dorados añadiremos los tomates, a fuego medio, y taparemos la sartén. Lo removeremos con una cuchara de madera de vez en cuando, añadiendo un poco de agua mineral cuando sea necesario.
A media cocción añadiremos el resto de albahaca, un poco de sal, pimienta molida y un poco de azúcar, manteniendo la sartén tapada.
Cuando los tomates estén deshechos del todo, la salsa estará lista. Podemos pasarla por una batidora si no nos gustan los grumos.
Si la envasamos, emplearemos botes de cristal esterilizados y herméticos, que llenaremos hasta arriba del todo, para que no se nos haga moho. Después los pondremos en una cacerola con agua hirviendo que casi los cubra, poniendo un paño entre ellos, dejándolos cocer durante 20 minutos, para crear el vacío.