Aprovecharemos estas deliciosas y jugosas frutas, para preparar un postre muy especial. Primero maceraremos los triángulos de sandía con el agua de azahar. Después saltearemos la piña cortada en trozos regulares con la mantequilla, la pulpa de la vainilla y el azúcar, flameándolos con el ron. Eso sí, debemos presentarlo a la mesa de inmediato, para saborear el contras del frío y el calor.
Ingredientes
Para 4 personas
1/2 kg. de sandía.
1 piña natural pequeña.
1 cucharada de agua de azahar.
20 gr. de mantequilla.
1 cucharada de ron negro.
2 cucharadas de azúcar moreno.
pimienta negra molida.
2 vainas de vainilla.
Elaboración
Eliminaremos la piel de la sandía y con la ayuda de un cuchillo fino, cortaremos la pulpa en triángulos alargados.
Los pondremos en una fuente honda, rociándolos con el agua de azahar.
Los cubriremos con papel film y los introduciremos en el frigorífico, dejándolos macerar, durante 1 hora, como mínimo.
Abriremos las vainas de vainilla a lo largo, y, con la punta de un cuchillo, sacaremos la pulpa y las semillas.
Cortaremos la piña en rodajas, eliminando la parte dura del corazón, partiendo la pulpa en trozos regulares.
Calentaremos la mantequilla en una sartén y añadiremos los trozos de piña junto con el azúcar y la pulpa de vainilla, salteándolos unos minutos, sin dejar de remover.
Retiraremos la sartén del fuego y rociaremos los trozos de piña con el ron, flameándolo.
Los espolvorearemos con pimienta, removiéndolos bien.
Repartiremos los triángulos de sandía en los bordes de los platos y pondremos en el centro la piña flameada.
Serviremos el postre de inmediato, para que no se pierda el contraste, caliente-frío.