Una original receta a base de sardinas rellenas, ricas en Omega3 y una fuente de hierro que nos aportan las espinacas. Una manera de introducirlas a personas que no les gustan mucho ni el pescado ni las verduras.
Ingredientes
8 sardinas grandes frescas.
1 kg. de espinacas.
2 dientes de ajo.
50 gr. de miga de pan.
50 ml. de leche.
4 cucharadas de perejil picado.
2 cucharadas de piñones.
1 cucharada de granos de comino.
4 cucharadas de pan rallado.
aceite de oliva.
sal.
pimienta negra molida.
Elaboración
Le pediremos a nuestro proveedor habitual, que nos elimine de las sardinas, las cabezas, las vísceras y nos retire la espina central, abriéndolas por la mitad, en forma de libro.
Lavaremos las espinacas y les cortaremos los tallos gruesos, y sin escurrirlas, las colocaremos en una cazuela de fondo grueso, las coceremos sin agua, tapadas, a fuego fuerte, durante 3 minutos.
Las sazonaremos con sal y las picaremos groseramente.
Freiremos los dientes de ajo, muy picados, en una sartén con 3 cucharadas de aceite de oliva, hasta que empiecen a tomar color.
Añadiremos las espinacas, la miga de pan, previamente remojada en leche y escurrida, el perejil picado, los piñones y los granos de comino.
Rectificaremos la sazón y lo rehogaremos, durante unos 5 minutos.
Colocaremos las sardinas abiertas sobre la superficie de trabajo, las salpimentaremos y pondremos encima de cada una de ellas un montoncito de la preparación anterior.
Las enrollaremos sobre sí mismas y las sujetaremos con un palillo.
Las iremos colocando en una bandeja de horno, untada con aceite de oliva y espolvoreada con pan rallado.
Las regaremos con 1 chorrito de aceite de oliva y las introduciremos en el horno precalentado a 220ºC. durante 15 minutos.
Retiraremos los palillos y las serviremos recién hechas.