El savarín es un pastel cuyo origen es de un cocinero francés. La diferencia esta en el bizcocho con el que se elabora, una mezcla entre el clásico bizcocho y el brioche, con una textura más suave. Como que se nos acerca el invierno, emplearemos sus frutos, para su elaboración.
Ingredientes
Para 6 personas
Para la masa:
125 gr. de harina.
1 pizca de sal.
10 gr. de levadura de cerveza.
200 ml. de leche.
2 huevos.
Para la cobertura:
90 gr. de azúcar.
200 ml. de agua mineral.
1 limón (su ralladura).
40 gr. de mermelada de albaricoque.
Para el montaje:
100 gr. de castañas confitadas.
50 gr. de alquequenjes.
70 gr. de madroños.
200 gr. de piña cortada trozos.
50 gr. de granadas.
300 gr. de nata motada.
40 gr. de azúcar lustre.
Elaboración
Precalentaremos el horno a 200º C.
En un recipiente, tamizaremos la harina, 1 pizca de sal y la levadura.
Calentaremos la leche, agregando la mantequilla y los huevos batidos, sin dejar de remover, vertiéndolos sobre la harina. Trabajaremos la masa, durante 3 minutos.
Engrasaremos un molde para savarín de 18 cm. de diámetro y lo rellenaremos con la masa anterior. La taparemos y dejaremos reposar, en un lugar templado, hasta que se hinche la masa.
Introduciremos el molde en el horno, dejándolo cocer, durante 20 minutos. Lo dejaremos enfriar y lo desmoldaremos sobre una rejilla.
Pincharemos toda la superficie con 1 palillo.
En un cazo, pondremos el azúcar, 1 vaso de agua mineral y la ralladura de 1 limón, llevándolo a ebullición, dejándolo hervir, durante 5 minutos y lo dejaremos enfriar.
Rociaremos el savarín con el jarabe anterior, reservando 1 cucharada.
Calentaremos la mermelada de albaricoque, pasada por el tamiz, junto con la cucharada de jarabe reservada y pincelaremos toda la superficie del savarín con esta mezcla.
Verteremos en el centro toda la fruta decorándola con la nata montada.