Hay personas que no les gustan este tipo de alimentos, como son los sesos, pero creo que con esta receta se le acabarían los perjuicios, ya que quedan muy sabrosos.
Ingredientes
6 sesos de cordero.
1 l. de caldo corto.
Para el caldo corto:
agua mineral.
1 clavo de olor.
3 granos de pimienta negra.
1 hoja de laurel.
1 casco de cebolla.
1 zanahoria.
sal.
Para la salsa:
1 cucharada sopera de aceite de oliva.
25 gr. de mantequilla.
1 cucharada sopera de puré de tomate.
1 cucharada sopera de harina.
1/4 l. de leche.
sal.
pimienta negra molida.
Para cubrir el cubrimiento:
40 gr. de queso gruyère rallado.
Elaboración
Pondremos en remojo en agua con unas gotas de vinagre los sesos durante 20 minutos, cuando los saquemos le retiraremos la telilla que los cubre, las venas y la sangre que aun tengan.
Prepararemos un caldo corto con 1 clavo, 3 granos de pimienta negra, 1 hoja de laurel, 1 casco de cebolla, 1 zanahoria cortada en rodajas, 1,2 l. de agua mineral fría, sal y pimienta, durante 15 minutos.
Una vez hecho lo colaremos y pondremos a cocer en él durante 10 minutos, a fuego medio, los sesos. Los escurriremos y reservaremos tapados, para que se conserven blancos.
Mientras cuecen los sesos prepararemos la salsa de la siguiente manera: Pondremos el aceite y la mantequilla a calentar en una cazuela y cuando la mantequilla se haya derretido, añadiremos la harina dándole un par de vueltas con una cuchara de madera.
Luego iremos agregando, poco a poco, la leche, sin dejar de remover, lo sazonaremos.
Incorporaremos el puré de tomate, dejándolo cocer durante 8 minutos, sin dejar de remover.
Cortaremos los sesos en rodajas gruesas, poniéndolas en una fuente resistente al horno.
Los cubriremos con la salsa.
Espolvorearemos por encima el queso rallado y los gratinaremos.
Cuando empiecen a dorarse, los retiraremos del horno y serviremos en la misma fuente.