Es tan sencilla esta sopa de ajo, que procuraremos hacerla siempre con agua mineral, para no aportar sabores raros, como suelen tener las aguas del grifo. Ideal para cuando nos empiecen a llegar los fríos.
Ingredientes
Para 4 personas
1 cabeza de ajos.
1 1/2 l. de agua mineral.
2 cucharadas de aceite de girasol.
2 cucharadas de harina.
1 huevo.
1 chorrito de vinagre.
sal gorda.
Elaboración
Pelaremos los dientes de ajo, eliminando el grillo y los cortaremos a trozos.
Los pondremos en una cazuela con 2 cucharadas de aceite de girasol, procurando que no se doren, a fuego suave.
Cuando estén tiernos, agregaremos la harina, removiéndola con los ajos.
En una olla aparte, calentaremos el agua mineral y la iremos añadiendo a la cazuela, poco a poco, removiéndolo enérgicamente, para evitar que se nos hagan grumos, dejándola cocer, a fuego suave, durante 40 minutos. La sazonaremos con sal gorda.
Cuando haya transcurrido ese tiempo, separaremos la yema de la clara al huevo.
Añadiremos primero la yema entera, sin dejar de remover, y finalmente incorporaremos a la sopa la clara de huevo, sin batirla, poco a poco, removiéndola en la sopa, de esta manera se irán haciendo unos hilillos de clara cuajados.
Pondremos 1 chorrito de vinagre, dejándolo cocer, durante 1 minuto más.