Ahora que aumentan los fríos, una sopita, como la que a continuación os vamos a recetar, es muy acertada. Una sopa de pan cocida con un buen caldo que haremos con las verduras y los huesos de jamón y ternera, que remataremos con unos ajos tiernos crujientes, además, claro está del pan. El pan en el País Vasco lo venden en las panaderías unos especial para sopas. Pero nosotros, si tenemos una barra de pan del día anterior, la doraremos en el horno, así el pan y la sopa quedan más sabrosos.
Ingredientes
Para el caldo:
1 puerro.
1 zanahoria.
1 hueso de jamón.
1 hueso de rodilla de ternera.
agua mineral.
sal.
Para la sopa:
el cado anterior.
1 barra de pan de sopa (o bien 1 barra de pan estrecha del día anterior).
1 cabeza de ajos.
2 huevos.
1 cucharada de pimentón dulce.
aceite de oliva.
sal.
Para el acompañamiento:
1 manojo de ajos tiernos.
aceite de oliva.
sal.
Elaboración
En una cazuela, coceremos el puerro, la zanahoria y los huesos de jamón y de rodilla de ternera, en agua mineral con sal, durante 30 minutos. Lo colaremos reservando el caldo.
En otra cazuela con un buen chorro de aceite de oliva, doraremos los dientes de ajo, pelados y laminados.
Cuando estén dorados incorporaremos el pan de sopa troceado (si no disponemos de este tipo de pan, podemos emplear 1 barra de pan del día anterior, la cual, hornearemos, hasta que esté bien dorada), rehogándolos con los ajos y añadiéndole el pimentón, removiéndolo bien, fuera del fuego.
Verteremos el caldo reservado, poniendo la cazuela de nuevo al fuego, dejándolo cocer, durante 30 minutos.
Sazonaremos con sal y al final de la cocción añadiremos los huevos, removiéndolo bien, hasta que estén cuajados.
Cortaremos los ajos tiernos, en tiritas y los freiremos en una sartén con aceite, hasta que estén crujientes, sazonándolos con sal.
Serviremos la sopa, colocando encima de cada plato un montoncito del crujiente de ajos tiernos.