Un postre extraordinario, ideal para incluirlo en un perfecto menú festivo. Fantástica combinación del sorbete con la cerveza, junto con los orejones de albaricoque en almíbar. Que magníficas sensaciones experimentaremos en nuestro paladar.
Ingredientes
450 gr. de azúcar de sémola (es un azúcar más granulado).
2 claras de huevo.
1 pellizco de sal.
agua mineral.
1 limón (su zumo).
16 orejones de albaricoque en almíbar.
600 ml. de cerveza blanca muy fría.
hojas de melisa.
Elaboración
Pondremos en un cazo 50 gr. de azúcar y 2 cucharadas soperas de agua mineral, llevándolo a ebullición, durante 2 minutos. Lo reservaremos.
Montaremos las claras de huevo a punto de nieve, agregándoles 1 pizca de sal.
A continuación, y sin de dejar de batir, añadiremos, poco a poco, el almíbar anterior hirviendo, hasta obtener un merengue muy brillante.
Verteremos el resto del azúcar en un cazo con 40 ml. de agua mineral, llevándolo a ebullición, durante 3 minutos y lo retiraremos del fuego.
Exprimiremos el zumo al limón.
En un bol, batiremos a velocidad media, el almíbar anterior, el zumo de limón y los 400 gr. de azúcar. Lo colaremos con un chino y lo dejaremos enfriar del todo.
Incorporaremos el merengue y el resto del azúcar delicadamente, de forma envolvente y de abajo arriba. La masa nos debe quedar homogénea.
Pondremos esta masa en un recipiente dentro del congelador y cada 1/2 hora, lo sacaremos y rasparemos con un tenedor, para romper los cristales, repitiendo la operación durante las 4 horas que dure la congelación.
Escurriremos los orejones de albaricoque en almíbar y los cortaremos en láminas, repartiéndolas en sendas copas para postre, colocando encima 2 bolas de sorbete, regándolas con la cerveza blanca, muy fría y decorándolas con unas hojas de melisa.