Una tarta muy original llena de sabores. Por un lado los albaricoques que empleamos que son en almíbar y por otro. los frutos secos con los que complementaremos la tarta.
Ingredientes
Para 8 personas
Para la masa:
175 gr. de harina.
30 gr. de azúcar.
1 limón (la ralladura de su piel).
60 gr. de mantequilla.
7 gr. de levadura.
40 gr. de leche descremada tibia.
Para la cobertura:
250 gr. de queso fresco.
45 gr. de azúcar.
1 huevo ligeramente batido.
400 gr. de albaricoques en almíbar.
120 gr. de almendras picadas.
15 gr. de azúcar lustre.
30 gr. de mermelada de albaricoque.
15 gr. de pistachos picados.
Elaboración
En un recipiente hondo, pondremos la harina, el azúcar, la ralladura de limón y la mantequilla a trocitos, batiéndolo todo, hasta obtener una masa granulosa.
Disolveremos la levadura en la leche, incorporándola a la masa, mezclándola bien. La taparemos con un paño, dejándola reposar, durante 1 hora, en un lugar templado.
Transcurrido ese tiempo, extenderemos la masa en una lámina y forraremos un molde redondo, ligeramente engrasado.
La pincharemos con un tenedor, la taparemos de nuevo, dejándola reposar otros 40 minutos.
En un bol, pondremos el queso fresco, el azúcar, el huevo, las almendras y la ralladura de limón, batiéndolo todo con una cuchara de madera.
Verteremos la preparación anterior sobre la masa.
Colocaremos encima los albaricoques, espolvoreándolo con el azúcar lustre, esperando 2 minutos, para que se diluya.
La introduciremos en el horno precalentado a 200ºC., durante 30 minutos.
Una vez terminada la cocción, untaremos los albaricoques con la mermelada de albaricoque, previamente llevada a ebullición.
Finalmente esparciremos por encima los pistachos picados.