Una deliciosa tarta de crema, que no necesitamos hacerla en el horno. Muy sorprendente y que nuestros invitados lo agradecerán.
Ingredientes
Para 6 personas
1 paquete de galletas napolitanas
75 gr. de mantequilla
5 yemas de huevo tamaño L
750 ml. de leche
1 ramita de canela
1 limón su piel
100 gr. de azúcar
1 cucharada colmada de maicena
2 sobres de cuajada
Accesorios:
1 molde desmontable de 24 cm.
papel sulfurizado
Para decorar:
azúcar glas
canela en polvo
Elaboración
Trituraremos las galletas napolitanas y las mezclamos con la mantequilla derretida, hasta formar una pasta, con la que forraremos la base de un molde desmontable de 24 cm. de diámetro, en la que habremos puesto 1 círculo de papel sulfurizado, del mismo tamaño que el molde y lo introduciremos en el frigorífico.
Calentaremos en un cazo, 1/2 l. de leche, junto con la ramita de canela y la piel de limón, infusionándolo 2 veces, es decir, dejaremos que hierva unos segundos, lo retiraremos del fuego 2 minutos y volveremos a repetir la operación, para que hierva una segunda vez. La colaremos y reservaremos.
Pondremos en un bol las yemas de huevo batidas con el azúcar, añadiendo a continuación la Maizena y 1 chorrito de leche y batiéndolo todo.
Disolveremos los sobres de cuajada en la leche que nos queda, hasta que no queden grumos.
Colocaremos en un cazo, la leche con canela y el batido de huevos, llevándolo, a fuego medio, hasta que arranque el hervor.
En este momento, agregaremos la cuajada disuelta, continuando la cocción, hasta que arranque el hervor, por segunda vez, siempre sin dejar de remover.
Verteremos el contenido del cazo sobre la base de galletas fría, dejándolo templar a temperatura ambiente y lo meteremos en el frigorífico, durante unas horas (mejor hacerlo la noche anterior).
A la hora de servir la tarta, la espolvorearemos con una mezcla de azúcar glas y canela en polvo.