Estos días he ido al huerto de mi primo que hay tomates cherry en abundancia. Como es lógico todos no los podemos comer crudos, o en ensaladas. Por eso he decidido confitarlos. De esta manera los tendré para más adelante cuando ya no hayan en el mercado.Además los podemos comer en ensaladas, como aperitivo con queso fresco y un chorrito de vinagre de Módena. Ideales para ponerlos en la pasta cocida y un poco de queso rallado. En unas tostadas de sobrasada, bueno, la imaginación es mucha. Seguro que tendréis muchas más sugerencias.
Ingredientes
1'500 kg. de tomates cherry
12 dientes de ajo
6 cucharadas de azúcar moreno
Orégano
3 hojas de laurel
sal.
1l. de aceite de oliva
Elaboración
Lavaremos los tomates. Si tienen la piel dura los podemos pelar, y para eso tendremos que poner una olla en el fuego y mientras se calienta el agua les iremos haciendo una cruz en la piel de los tomates.
Cuando empiece a hervir el agua, los meteremos todos y esperaremos 2 minutos. Pasado ese tiempo los escurriremos y los pondremos en un vol con agua con hielo, para parar la cocción del tomate.
Los pelaremos y los iremos depositando en un cazo grande.
Si no los tenemos que pelar porque la piel no es dura, nos ahorramos este paso.
Iremos poniendo los tomates en el cazo junto con los dientes de ajo aplastados y con piel.
El orégano, las hojas de laurel y el azúcar moreno.
Los cubriremos con el aceite de oliva y los pondremos en el fuego a temperatura muy baja, yo tengo inducción y primero la puse a 3 y a los 15 minutos la bajé a 1. Sólo tiene que estar el aceite caliente, nunca tiene que freírse.
En total los tuve 1 hora.
Apagué el fuego y los dejé enfriar un poco.
Seguidamente los puse en tarros de cristal y los hice al baño María durante 20 minutos.