Estas torrijas se apartan de la manera tradicional de hacerlas. Sorprendentes por la variedad de ingredientes con las que las elaborare mos, aptas para un buen postre o para una merienda.
Ingredientes
Para 4 personas
8 rebanadas de pan de molde (que tenga algunos días).
250 ml. de leche
1 chupito de crema de orujo.
2 cucharadas de azúcar
50 gr. de crocanti de almendra.
miel.
1 bolsita de té a la vainilla.
1 tarro de natillas artesanas (100 gr. aproximadamente).
1 o 2 huevos.
1 ramita de canela (opcional).
1 corteza de limón (opcional).
Elaboración
Calentaremos la leche con la crema de orujo, para que se evapore ligeramente el alcohol.
La dejaremos enfriar y, en cuanto esté tibia, la retiraremos del fuego, mezclándola con el azúcar.
Dejaremos la bolsita de té, dentro de la leche, para que se vaya infusionando.
Opcionalmente, también podemos agregar 1 ramita de canela o cáscara de limón.
Mientras la leche se infusiona, prepararemos las torrijas.
Emplearemos 2 rebanadas de pan por torrija.
Colocaremos 1 cucharada sopera de natillas con 1 cucharadita de crocanti de almendras, sobre una de las dos rebanadas.
Colocaremos la otra rebanada por encima y la cortaremos, presionando firmemente con el aro de acero. Si no disponemos aro, podemos emplear una copa resistente de boca ancha con la que podamos formar los círculos de pan. La idea es que quede sellado al cortarlo a presión.
Ya hemos obtenido la primera torrija. Repetiremos el proceso, hasta tener las cuatro.
Batiremos 1 o 2 huevos (depende del tamaño de las rebanadas de pan) y los reservaremos en un plato.
Calentaremos una sartén con abundante aceite de girasol.
Pasaremos cada torrija por la leche, hasta que se impregnen bien (no demasiado rato, si no, se deshace, ya que el pan no es duro del todo) y luego por el huevo batido.
Las freiremos en el aceite bien caliente, hasta que empiecen a dorarse (un par de minutos).
Las retiraremos del fuego y las dejaremos escurrir sobre papel absorbente.
Las cubriremos con la miel y luego con el crocanti de almendra.
Si no nos gusta la miel, podemos espolvorearlas simplemente con azúcar, cuando aún están calientes.