Pelaremos las patatas y las cortaremos en rodajas muy finas, rehogándolas en una sartén con un poco de aceite de oliva, bien caliente.
Limpiaremos la urta, la abriremos por la mitad y quitaremos la espina central, respetando la cabeza, sazonándola con sal y pimienta y la enharinaremos. La freiremos en una sartén con aceite, reservándola en una fuente de horno, cubierta con las patatas rehogadas.
En el mismo aceite de freir el pescado, haremos un sofrito con los dientes de ajo picados, la cebolla, pelada y cortada en juliana fina, el tomate troceado y los pimientos cortados en tiras finas, hasta que queden bien dorados. Verteremos el vino blanco, el caldo de pescado y la hoja de laurel, dejándolo que arranque el hervor y luego lo agregaremos todo por encima del pescado. Lo espolvorearemos con el pan rallado y lo introduciremos en el horno precalentado a 200ºC. durante 20 minutos.
Servir de inmediato.
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Solo es una cuestión de gustos...
«Para conservar la salud y cobrarla si se pierde, conviene alargar en todo y en todas maneras el uso del beber vino, por ser, con moderación, el mejor vehículo del alimento y la más eficaz medicina» Don Francisco de Quevedo y Villegas.
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