Retiraremos la piel a las pechugas de pollo y las deshuesaremos. Las salpimentaremos y rebozaremos en 4 cucharadas de harina.
Derretiremos la mantequilla en una sartén y doraremos las pechugas por fuera, quedando cocidas por dentro, a fuego suave, durante unos 20 minutos, dándoles vueltas varias veces.
Escurriremos las pechugas y las colocaremos en una bandeja de horno, cubriéndolas con papel de aluminio. Reservarlas.
Limpiaremos los champiñones y los cortaremos en láminas. Los saltearemos en la sartén con la mantequilla sobrante. Le agregaremos 2 cuharadas de harina, dejándolas saltear durante 1 minuto, sin dejar de remover. Agregaremos el vino blanco, poco a poco y el Marsala, llevándolo a ebullición, sin parar de remover. Añadiremos la nata líquida, calentándola, sin que llegue a hervir, sazonándola al gusto.
Retiraremos el papel de aluminio y verteremos esta salsa por encima de las pechugas. Las cubriremos con las lonchas de queso Edam y las gratinaremos en el horno precalentado.
Finalmente las espolvorearemos con las almendras tostadas fileteadas y el perejil picado.
Servir de inmediato.
Nuestra selección de vinos:
Solo es una cuestión de gustos...
«Me basta/ con el vino dorado y viejo / una manta con olor a invierno / diecisiete almendras nuevas / y tus manos…» Beatriz Mazliah, El vino y la poesía.
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